17 de abril de 2022

Cuando se espera vida... y llega muerte


El duelo perinatal, el dolor de una muerte invisible.



Uno de cada 4 embarazos no terminará con un o una bebé en brazos. Esto es bastante sabido, solemos haber oído de alguien conocido, una familiar, una amiga… que le ha sucedido. 


Aún y así, no es lo que esperas cuando aparece ese -deseado- positivo en el test de embarazo y sientes que la vida se abre paso en tu vientre.


Puede que lleves meses queriendo ser madre o padre, un deseo que surge de un lugar muy profundo, y la realización del cual te vas dando cuenta de que, en gran parte, se escapa de tu control, de que no puedes más que esperar, soñar, imaginar… y confiar.


Muchas hemos pasado por esta experiencia, y podemos afirmar que el dolor, no entiende de peso, tamaño o semanas de gestación


¿Qué pasa cuando un bebé muere en el útero materno, o al poco de nacer?


No es una cuestión sencilla de responder, ya que existen tantas formas de vivirlo como personas y familias, tantas maneras de afrontarlo como estilos de personalidad y recursos internos. Y me gustaría nombrar también cuando el aborto es voluntario, ya que no por ello la muerte es menos dolorosa. Sabemos que – casi - ninguna mujer acude alegremente al aborto. 


Vivimos en una sociedad que ha ido perdiendo muchas formas y símbolos relacionados con la muerte (luto, funerales, velatorios, llantos colectivos…) adaptándose a un contexto más plural en formas de vivirla. Esto nos ha llevado también a convertirla, cada vez más, en una realidad aséptica, lejana, silenciosa, hospitalaria. Solemos rechazar lo feo y lo doloroso. Este escenario dificulta cada vez más la vivencia de la muerte como parte elemental de la vida, todavía más cuando se trata de una criatura que todavía no ha nacido. Necesitamos mirar la realidad de la muerte de frente para poder ir desprendiéndonos de esa connotación social tan oscura y temida y poder duelar con permiso, aceptación y libertad.


Existe una realidad en el ámbito sanitario y es la común falta de estrategias y herramientas para acompañar la muerte perinatal. Las dificultades legales para reconocer a la criatura fallecida como miembro de la familia, y lo desconcertante que resultan frases hechas con buenas intenciones por personas queridas y cercanas, hacen de la vivencia una experiencia que puede resultar difícil de transitar.


Por suerte, estamos en momentos de cambio. La muerte perinatal está cada vez más visibilizada, vemos que se comparten más estas dolorosas experiencias tanto a nivel privado como públicamente por parte de personas conocidas de diferentes ámbitos. Falta mucho por recorrer, pero vamos avanzando. 


¿Es diferente el duelo perinatal a otros duelos?


Casi todo lo que sabemos del duelo tanto a nivel científico como personal, es aplicable al duelo perinatal. Además, se pueden añadir características específicas como lo inesperado e impensable, algo que parece no formar parte del ciclo de la vida; el silencio, la desautorización y la soledad. El desconcierto.


Se muere un hijx, y con él o ella una vida proyectada, una maternidad o paternidad imaginada, posiblemente muy deseada.


Un 80% de los abortos se dan durante el primer trimestre de embarazo. La muerte temprana (antes de las 22 semanas) es más invisible todavía, ya que muchas familias ni siquiera han compartido con sus personas de confianza que estaban esperando unx hijx, lo que casi las condena a vivirlo, todavía más, en silencio.


La muerte de un ser querido no tiene porqué ser inevitablemente un evento traumático, pero la imprevisibilidad, la ausencia de experiencias previas, la falta de acompañamiento o incluso el maltratoal dar la noticia o en las intervenciones posteriores, puede aumentar notoriamente el estrés en los momentos más delicados del proceso. 



¿Cómo podemos facilitar la vivencia de una experiencia tan dolorosa?


La aparición de sentimientos de culpa, irrealidad, shock, crisis de identidad o de sentido vital pueden aparecer durante el proceso de duelo. Es de suma importancia ofrecerle un espacio al dolor, a la rabia, a la impotencia… ofrecer el tiempo necesario para duelar e integrar la pérdida y reubicarse en la nueva situación. 


En el proceso de duelo pueden romperse creencias, relaciones, modelos vitales y puede darse el escenario óptimo para reconstruir, resignificar y transformar la propia vida, con tiempo.


Volver a los rituales, poder crear un espacio físico para honrar la vida que se fue; escribir, cantar, ponerle flores o enterrar el cuerpo, si lo tenemos… si se puede, tomar fotos, vestir el cuerpo sin vida, guardar recuerdos si se tienen... son algunos ejemplos de acciones que pueden facilitar la dolorosa vivencia. Volver a ubicarse en el nuevo cuerpo puérpero que ya no gesta y que puede estar sintiendo un gran vacío, requiere tiempo, paciencia y mucha compasión.


Despedir la vida que se fue tan pronto, desde el profundo amor que puede sentir una madre o padre hacia su hijx, puede resultar una experiencia transformadora nunca antes imaginada, tanto a nivel individual como familiar.


Recuerda que, si estás viviendo esta experiencia y necesitas ayuda, puedes contar con nosotras. No estás solx.



Iris Gómez, Psicóloga del equipo de Acompanyament Familiar.


Bibliografía:


- Pilar Gómez-Ulla, Manuela Contreras García. Duelo perinatal. Editorial Síntesis.




- Mónica Alvarez, Maria Angels Claramunt, Laura G Carrascosa, Cristina Silvente. Las voces olvidadas: perdidas gestacionales temprana. Editorial OB STARE