24 de diciembre de 2020

El juego: la herramienta para conectar con tus hijxs


Nos pasamos mucho tiempo tratando que nuestrxs hijxs crezcan sanxs y felices. Muchas veces en consulta veo a madres y padres preocupadxs porque creen que sus hijxs no están pasando un buen momento. Si queremos saber cómo están nuestrxs hijxs lo mejor que podemos hacer es jugar con ellos. 

Cada vez que un niñx nos dice: ¿quieres jugar conmigo? Nos está invitando a entrar en su mundo interior. Es una manera de decirnos: ¿quieres compartir un momento íntimo conmigo?, es como si entre adultxs unx le dice al otrx: “¿te apetece cenar conmigo?”. Es probable que a menudo nos encontremos diciendo: “ahora no puedo jugar contigo” y esto sucede por diferentes razones:


1-     Jugar con unx niñx es un acto de profunda intimidad. Y sostener tanta intimidad con nosotrxs mismxs y con el/la otrx es difícil porque nos hace entrar en contacto con las propias incomodidades y temas no resueltos. Como por ejemplo: nuestra relación con el cuerpo y el placer, el juez interno, nuestra relación con la autoridad y los límites y un largo etcétera. 


2-     Nos recuerda nuestra propia historia en la que: a menudo no se dio al acto de jugar el lugar que merecía y en la que no tuvimos tantos momentos de intimidad con nuestrxs cuidadorxs como hubiésemos necesitado.


3-     Estamos inmersxs en la cotidianidad del hacer y a veces podemos priorizar tareas que no son urgentes porque las pensamos como más importantes que jugar un rato cada día con nuestrxs hijxs.  


4-     Nos cuesta abrirnos a sentir la experiencia de placer y sostenerla. Debido a todas las experiencias más o menos desagradables que hemos ido viviendo y la educación que hemos recibido, el cuerpo ha dejado de ser un lugar seguro y placentero y nos hemos acostumbrado a dejarnos guiar por nuestra mente. Es cierto que sentir el cuerpo y todo lo que tiene para decirnos a veces puede ser doloroso, y también es cierto que con un buen soporte y acompañamiento, el cuerpo está deseando autorregularse y abrirse a sentir el placer de estar vivo.


Siempre digo que una buena práctica diaria para empezar es jugar con nuestrxs hijxs 20 minutos diarios con plena presencia y con la única premisa de decir “sí” a lo que nos propongan. Probablemente, si lo pones en práctica te des cuenta de que te pasan “muchas cosas” durante estos 20 minutos. He visto a padres enfadarse porque su hijo siempre quería llevar el mando y acabar discutiendo porque “esa no es manera de jugar entre dos personas”, he visto a madres negándose a jugar con sus hija porque siempre querían jugar a ser un bebé o porque su hijo siempre proponía jugar a que iban al médico y que el médico (la madre en este caso) le tenía que hacer daño. 

Es aquí cuando cabe recordar que el juego es el lenguaje de lxs niñxs  y es la forma que tienen de autorregularse.


Antes de acabar, me gustaría nombrar unas “reglas de oro” cuando se trata de jugar con lxs niñxs:


1-     recuerda en todo momento que el objetivo es JUGAR.

2-     observa y escucha lo que tus hijxs te estén mostrando a través del juego SIN JUZGAR. Son tesoros inmensos.

3-     Recuerda que estás entrando en intimidad. Busca la conexión a través del juego; con una mirada tranquila, a veces, es suficiente.

4-     Di “Sí” a lo que propongan (con entusiasmo!)

5-     Si las cosas no están yendo como a ti te gustaría, deja la mente de lado y no te preocupes demasiado.


Te doy las gracias si has leído hasta aquí y me gustaría acabar recordando que la crianza es un proceso de continuo aprendizaje y por ello necesitamos tratarnos con compasión y mimo. Probablemente haya días que no podamos sostener ni 5 minutos de presencia con nuestros hijxs y es que somos personas humanas con una historia y un sistema nervioso cargado de experiencias. Si en algún momento te ves con más dificultad, te invito a que te des las gracias por darte cuenta de la dificultad, eso ya es un primer paso muy importante.


Ania Ortiz de Arri

Psicóloga