Estos días hemos transitado el equinoccio de primavera abriéndonos al despertar de la tierra, después del reposo invernal. Hemos llegado a uno de los dos momentos anuales donde las horas de luz y oscuridad están en equilibrio, a partes iguales.
Precisamente tenía planificado escribir sobre crianza cíclica y sobre como la ciclicidad estacional nos puede servir de mapa de ruta para conocer nuestros ciclos, descubrir los ciclos en nuestras criaturas y crear puentes bidireccionales de respeto entre las necesidades que se presentan en función de estos ciclos.
Y, ¿por qué digo “tenía planificado” en lugar de “voy a”?
Pues porqué la vida, generosa como es, me ha llevado a transitar una experiencia de luz y de oscuridad a partes iguales. Una experiencia personal y colectiva a partes iguales. Una experiencia de vulnerabilidad y de fortaleza a partes iguales. Una experiencia, inicialmente, conocida desde la mente y la empatía y desconocida desde el cuerpo, a partes iguales.
Siento que hablar sobre esta experiencia honra vuestros procesos y la confianza que depositáis en mí como profesional, me recuerda la humildad imprescindible para ejercer como terapeuta y me pone de manifiesto la abundancia que tiene la vida (y lo difícil que se hace, en ciertos momentos, verla, cogerla e integrarla).
¿De qué manera honra vuestros procesos y vuestra confianza?
A pesar de haber muchos matices, el principal aspecto que me ha hecho conectar con la coherencia interna que honra vuestros procesos y confianza ha estado verme interpelada a recorrer una vivencia perinatal compleja, como las que en múltiples ocasiones he acompañado, metiendo cuerpo a lo conocido desde la mente y permitiéndome aquello necesario para transitar el proceso con el máximo de salud posible, tal y como animo a hacer a las personas que acompaño.
Podríamos decir que ha sido hacer lo contrario de lo que significa el dicho: “en casa de herrero, cuchillo de palo”. Además, hacerlo así ha dado sentido a mi trabajo y vosotras (principalmente las personas con las que estábamos en proceso terapéutico) habéis podido ver reconocidas vuestras necesidades y vulnerabilidades, al yo hacerlo con las mías.
¿Por qué me recuerda la humildad imprescindible para ejercer como terapeuta?
Porqué las profesionales tenemos claro que no necesitamos vivirlo todo para acompañar exitosamente a las personas en la mejora de su bienestar. No obstante, sabemos lo importante que es tener claro desde qué lugar real estamos comprendiendo y sosteniendo, puesto que haber vivido una experiencia o no haberla vivido, aporta retos y regalos diferentes.
Haber experimentado todos estos contrastes a partes iguales (incertidumbre-ilusión, vulnerabilidad-fortaleza, luz-oscuridad, entre otros), me recuerda que yo no sé nada de la vivencia de la persona que tengo delante y que no puedo salvar a nadie de los tonos que experimenta. Humildemente, las “únicas” opciones disponibles serán preguntar para acoger con toda la apertura posible y estar presente, disponible y regulada mientras la persona comparte, elabora y resignifica los contrastes que se le van presentado. Las herramientas terapéuticas y entender que está sucediendo en el proceso psicológico en concreto, sencillamente serán los medios para que “las únicas dos opciones disponibles” estén al servicio del mantenimiento y cuidado de la salud de la persona que acompaño.
¿Cómo se pone de manifiesto la abundancia de la vida y la dificultad, en ocasiones, de disfrutar?
Gestar con una mano llena de incertidumbre (y con la pérdida de inocencia que comporta trabajar con el duelo por muerte perinatal, gestacional y neonatal) y con la otra mano llena de ilusión (por la vida que late dentro de una, por el proyecto de familia que implica, por todos los sí que contiene) es abundante en sí, puesto que es muy difícil que deje indiferente. ¡Bueno, la ambivalencia en la maternidad es fuertemente conocida! Pero la que pone los polos vida-muerto frente a frente, da un vértigo característico.
En este viaje he sentido como la abundancia se presentaba en múltiples formas y como en ocasiones, a pesar de verla, su poder no era suficiente para desdibujar la impotencia y el miedo. He saltado entre sentirme enormemente afortunada, bienaventurada, y sentirme mucho más frágil, vulnerable y desamparada de lo que nunca me había sentido. He llorado por recibir la abundancia de mujeres sororas y amorosas presentes en mi vida, sabiendo que todo el amor que estaba disponible para mí me abrumaba y tenía que dosificarlo. He entrado en el no tiempo y no espacio, donde los pequeños detalles del día a día eran los que me conectaban a chispas de alegría y de luz.
Y todo lo explicado en este último párrafo, por un lado, me ha rememorado la importancia de la humildad como persona y de la rendición ante lo que es (realmente controlamos mucho menos del que nos pensamos y casi nada de lo que quizás querríamos) y, por otro lado, me ha conectado con la compasión y empatía que tenemos las personas, incluso cuando es la profesional que nos está acompañando en nuestro proceso la que desfallece y, amorosamente, se retira.
Hoy, en profundo agradecimiento, este artículo va dedicado a todas vosotras:
• A las personas que estaban en terapia conmigo cuando empezó este viaje.
• A las mujeres que gestáis sosteniendo incertidumbre (o muerte) en una mano e ilusión (o vida) a la otra.*
• A las mujeres sororas y poderosas que están en mi vida.
• A Ainur, el hijo que el día 16 de marzo de 2023 llegó a la vida extrauterina y lleva toda esta historia en su piel (¡qué viaje y qué regalo que seamos conscientes!).
*Podéis encontrar inspiración para vuestro proceso en el libro que se está cocinando con el nombre de Maternidad Invisible. ¡Todavía quedan 2 días para colaborar en su cocción! Lo puedes hacer en el siguiente enlace: https://www.verkami.com/projects/34951-maternitat-invisible
Y si sentís que lo que se presenta es demasiado, recordad que ¡no estáis solas! A Acompañamiento Familiar hay varias profesionales cargadas de humildad y herramientas para estar presentes, disponibles y reguladas mientras vosotros transitáis, acompañadas, vuestro proceso.
Judit Labèrnia Reverter
Psicóloga perinatal. Psicoterapeuta. Formadora. Madre.
Miembro de Acompañamiento Familiar, actualmente maternando