Llegó Setiembre, el mes más movido del año. ¡Vaya!, dirás, tan fuerte no va la cosa, ¿no?. Bueno, pues déjame decirte que en lo que llevamos de mes -apenas una semana mientras escribo estas líneas- he recibido más consultas sobre acompañamiento familiar, que en los meses precederos (sin contar Agosto, ¡claro!).
Setiembre es el mes en el que el sistema neoliberal se reactiva: escuela, compra de libros, consumo de todo tipo: ropa, chandal, batas, zapatos, mochila, etc. No soy economista y no he mirado las estadísticas de ventas, pero me inclino a pensar que si Setiembre mueve tanto, alguna razón debe tener para existir en el calendario.
Para muchas es el mes de recuperar el ritmo, el compás que tanto os coloca y os ayuda en vuestro día a día: niñxs escolarizadxs, rutina, horarios, trabajo… ¡y si!, hay a quién todo esto le proporciona un anclaje y le da seguridad.
Para otras muchas, es el mes que recuerda que no somos libres, que hay unas obligaciones, unos tempos que muchas veces no marcamos nosotras: tráfico, retrasos de trenes, colas, prisas, mañanas estresantes, noches cortas, etc.
Seas del sector que seas, me gustaría que pudieras empezar este nuevo curso escolar (en el que los servicios de transporte público y horarios comerciales recuperan su “normalidad”) recordando algo importante:
- Cada mes es único; Setiembre existe en el calendario y es un mes como cualquier otro. Igual que en Diciembre llegan las Navidades, en Mayo el “día del trabajo”, pues en Setiembre tenemos la “movida escolar y laboral”. Si tratamos de tomarnos los acontecimientos como lo que son: acontecimientos -y no condenas o regalos-, podremos tolerar mucho más cada uno de nuestros meses solares.
- El verano pasó, y deja lugar al otoño. También las estaciones nos permiten reconectar con la ciclicidad de nuestra Vida. Después de la expansión -mojitos, playa, viajes, trasnochadas,etc.- de un mes donde el clima invita a hacerlo, conviene que, a su ritmo, vaya llegando el otoño para recordarnos que, igual que para fuera, podemos vivir para dentro.
- Este es un mes de inicios. Puedes aprovechar el impulso que genera Setiembre -mucho más que Enero diría yo- para proyectar nuevas metas y objetivos que tengas para este ciclo que empieza. ¿Te apetece formarte? ¿Hacer más deporte? ¿Organizarte mejor? ¿Cuidarte más? Date unos días para pensarlo y comprométete con lo que sueñas. ¡Verás que a gusto te sientes con el paso de los días!
- Setiembre es un momento en el que el vínculo con tus hijos se vuelve a hacer más presente. Esta rutina de la que hablaba pone de manifiesto la necesidad de límites y mirada de la que siempre hablo. En verano -ya sea porqué nos hemos relajado, porqué ha habido campamentos, abuelos, el pueblo, etc.- tendemos a estar más laxas con relación a la crianza. En muchos casos esto puede ser muy positivo -sobre todo si eres una mapadre rígida y estricta-; en otros, por el contrario, puede ser difícil volver a recuperar esos tempos, esos pactos familiares y ese flow que antes de la locura de Agosto se respiraba en casa.
Sea como sea tu realidad este mes, te animo a que siempre mantengas la ilusión ante los cambios y el corazón abierto para seguir creciendo junto a tus peques.
Buena reentré!
Elisenda Pascual