El concepto de “familia” requiere una revisión profunda, especialmente en los tiempos que corren.
¿Qué significa “familia” para ti? ¿Qué imagen te evoca?
Probablemente, en nuestro subconsciente, todavía resta la proyección nuclear, heteronormativa y reproductiva que la sociedad neoliberal nos ha vendido. La mayoría de nosotrxs, al cerrar los ojos, veremos un papá, una mamá con unx o dos hijxs. Cogidxs de la mano, sonriendo, bien vestidxs, sin carencias. La típica imagen que al capitalismo le encanta, porqué, no nos engañemos: tener hijxs ya no perpetúa la especie humana, sino la especie consumista y todo el sistema que ésta sostiene.
Pero ¿es verdad que una familia no existe sin hijxs?
Yo pienso que no es así. Familia es un sentimiento de pertinencia que puede acontecer fuera de los lazos de consanguinidad. Familia es un espacio interno -avalado por una presencia externa- donde el individuo se siente parte de algo más allá que sí mismo/a. Y esto, puede darse, o no, en presencia de relaciones íntimas, de vínculos de pareja, o de hijxs.
Una familia no comienza con una criatura. La familia CRECE con su llegada; se complejiza y pasa a ser una oportunidad para transformarse, desaprender y mutar a algo distinto. Tanto es así, que con la llegada de lxs hijxs, el sistema que habíamos definido como “familia” -tenga la tonalidad que tenga- vive una sacudida importante e inicia un proceso de metamorfosis. Lxs hijxs son una oportunidad para revisar nuestra propia historia personal, la mochila que cargamos desde nuestra infancia, los patrones que hemos adoptado y aquellos que son de cosecha propia.
La familia que crece abre las puertas a una nueva revisión de la semilla que la precedió, es decir, a la relación de pareja -o al pacto de mapaternidad- que hubiéramos tomado en un inicio. Virar la mirada hacia el cuido del niñx que nace, implica mirar a la persona con quien has decidido tomar este camino con nuevos matices. Incluso si decidiste emprenderlo en solitario, te descubres revisando la idea que tenías de ti misma.
Como decía Rebecca Wild, “cada niñx es una oportunidad para crecer” y, en la medida de lo posible, necesitamos hacerlo desde el corazón para poder gozarlo.
¿Cómo ha sido tu experiencia en familia?
¿Qué ha transformado la llegada de lxs hijxs?
Buscar un espacio de transformación en común -una tribu- es volver a los orígenes de las sociedades, donde le cooperativismo y el compartir facilitaban la tarea de seguir evolucionando como especie. Te animo a que busques espacios afines donde crecer en familia e ir deconstruyendo la proyección subconsciente de la familia ideal que, desde varios ángulos diversos, tratan de mantener para poder seguir sosteniendo una forma de vivir que, ya se ha demostrado, es fuente de múltiples neurosis.
¿Qué estás dispuestx a hacer para generar salud en tu ámbito familiar?
Elisenda Pasual