LES ETAPES
DEL DESENVOLUPAMENT INFANTIL

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1 de novembre de 2016

La SEXUALIDAD INFANTIL Y LA PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL



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*Este artículo forma parte del MANUAL PEDAGÓGICO del cuento “Clara y su sombra” que es una herramienta para hablar, prevenir y detectar el abuso sexual infantil. Puedes consultar el manual completo en el web: www.claraysusombra.com

 

¿Qué entiendes por sexualidad infantil? ¿Habías escuchado alguna vez este término?

Hay quienes opinan que la sexualidad infantil es un oxímoron puesto que la sexualidad sólo aparece cuando el ser humano es suficientemente maduro como para reproducirse. Relacionan la sexualidad con el proceso hormonal de la pubertad y les parece fuera de lugar hablar de procesos sexuales antes de esa etapa vital.

Des de aquí, consideraremos que existe sexualidad infantil cuando lxs niñxs entran en la fase de su desarrollo donde la energía corporal se desplaza hacia su zona genital y se les despierta el deseo de diferenciarse de lxs demás en función de su anatomía y de su género. Esto ocurre alrededor de los 3 años de edad. La genitalidad o diferenciación anatómica según sus características sexuales primarias, es un concepto fisiológico y observable – lxs niñxs ven sus cuerpos desnudos cada día- que viene antes que el género, puesto que éste es una construcción social abstracta que depende de muchos más factores[1]. De toda manera, son dos conceptos que van muy ligados.

A continuación, aparecen una lista[2] de las manifestaciones sanas de la sexualidad infantil[3] en sus etapas según la Asociación Americana de Educación Sexual (SIECUS).

  • Del nacimiento a los dos años
  • Exploran las diferentes partes del cuerpo, incluso los genitales.
  • Desarrollan una actitud positiva o negativa respecto al propio cuerpo.
  • Placer genital. Desde el nacimiento los niños tienen erecciones y las niñas lubricación vaginal.
  • Son animados por la familia y el entorno para que desarrollen su identidad masculina o femenina.
  • Aprenden algunas conductas que se consideran para los niños y las niñas.

 

  • Tercer y cuarto año de vida
  • Son conscientes y muy curiosos respecto a las diferencias corporales de género.
  • Se acarician y aprender a masturbarse.
  • Juegan a los médicos, imitan actividades u otros juegos sexuales con los amigos y hermanos.
  • Adquieren  una  creencia  firme  respecto  a  la identidad sexual: ser hombre o mujer.
  • Imitan la conducta sexual de los adultos.
  • Dicen tacos.
  • Hacen preguntas sobre el otro sexo.
  • Tienen curiosidad por su origen y nacimiento.

 

  • Quinto y sexto año de vida
  • Siguen con los juegos y actividades sexuales, así como con la masturbación.
  • Manifiestan  curiosidad  por  el  embarazo  y nacimiento.
  • Manifiestan relaciones de amistad con otros niños del mismo sexo.
  • Manifiestan un gran interés por el rol de género.
  • Tienen una orientación sexual básica.
  • Adquieren una nueva forma de valorar a los adultos que tienen autoridad.
  • Comparan su situación con la de sus iguales.
  • Con el grupo de iguales crean una determinada forma de hablar y vestirse.
  • Hacen bromas respecto a la sexualidad.

 

  • Entre los nueve y los doce años
  • Comienza la pubertad.
  • Se hacen más reservados y manifiestan deseos de tener vida privada.
  • Se producen cambios emocionales fuertes: alegría y tristeza.
  • Tienen sentimientos muy fuertes de enamoramiento o amistad con sus amigos, con otros adolescentes, con artistas o profesores, entre otros.
  • Mantienen un apego importante con los amigos del mismo sexo.
  • Se sienten incómodos.
  • Se masturban hasta llegar al orgasmo.
  • Están muy influidos por el grupo de iguales.
  • Tienen fantasías sexuales y románticas.
  • Toman decisiones sobre la actividad sexual o el uso de las drogas.

 

La sexualidad es inherente al desarrollo humano sano. Cuando nuestro parto es vaginal, nacemos en un acto de sexualidad absoluta: salimos por el mismo conducto que permitió que una parte de nosotrxs se reuniera con la otra. Los genitales del hombre y de la mujer -en especial su útero como elemento contenedor de la Vida y receptáculo de creatividad- tienen un papel protagonista en los momentos iniciales de concepción y gestación de la Vida. Cuando el bebé está maduro a nivel pulmonar e inicia el parto, la vagina se activa borrando el cuello del útero y dilatándose para poder facilitarle el tránsito. Posteriormente, una vez este bebé está fuera del seno materno, los pechos de la mujer se activan para proporcionar alimento físico y emocional a esa Vida que acoge. Vemos que gestación, parto y lactancia son tres etapas de un continuum sexual-maternal en la mujer. Así pues, la sexualidad infantil es un concepto que toma forma desde sus inicios. Antes de la era patriarcal, el parto y la crianza después del parto eran funciones inducidas por el deseo y realizadas con la gratificación del placer[4]. El sistema actual ha creado estrategias de separación de la díada madre-hijx, generando así una escisión en el contacto sexual entre ambos; sexualidad que está bien alejada de lo que concebimos como sexualidad adulta y coital, pero que abarca el ámbito del placer corporal y las activaciones hormonales en ambos cuerpos[5]. De esta manera, se crea un tabú entorno al concepto de sexualidad infantil, siendo nuestra propia cultura judeo-cristiana la que ha contribuido también su represión.

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La sexualidad infantil forma parte del desarrollo sano de lxs niñxs desde su nacimiento. A medida que estxs crecen, la sexualidad se va adaptando y transformando en función de su maduración biológica y psicológica. Hemos visto en la tabla anterior como toma distintas formas de expresión naturales. Y muchas veces, este descubrimiento se hace a través del compartir con iguales -puesto que los seres humanos somos seres sociales, que nos construimos por la interacción con el medio-. Estas experiencias con lxs otrxs deben ser deseadas por todxs y satisfactorias. Si no se da de esta manera, las vivencias no son adecuadas ni sanas para quienes no las gozan (ya sabemos que la coerción es uno de los criterios que pueden llegar a inducir al abuso sexual, aunque las edades de lxs participantes sean similares). Cuando el juego es querido por todas las partes genera un campo de experimentación adecuado a sus necesidades auténticas de diferenciación, de conexión con el placer y de privacidad (muchas veces estos juegos se juegan en lugares donde la mirada adulta no pueda acceder).

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Es importante que revisemos cuánto permitimos este tipo de experimentación con lxs niñxs. Es posible que no hayamos sido acompañadxs de la misma manera cuando éramos pequeñxs, y ahora nos van a faltar herramientas y recursos para enfrentarnos a este reto. Encontrar unx buen profesional que te asesore en temas de acompañamiento respetuoso será de gran ayuda.

Un tema central en el cuento “Clara y su sombra”[6] son los tocamientos. En su segunda ilustración Clara hace referencia a los juegos con iguales. Aprovecha este momento para hablar con los peques sobre ello.

Puedes preguntarles si les gusta cuando sus amigxs les tocan; quién le gusta que le toque, etc.

Los juegos de exploración genital son muy comunes entre los 3 y los 6 años, a la vez que necesarios para su sano desarrollo. Es importante distinguir cuando el juego se da con personas con quienes no les apetece. Aquí puedes directamente preguntar:

¿hay alguien que te toca y no te gusta?

Si aquí hay una repuesta afirmativa te invito a que –manteniendo la calma para no alertar al niño y no generar hipótesis tempranas- indagues un poco más con preguntas del tipo:

¿Y cuándo te toca esta persona? ¿Cómo te toca? A ver, ¿me tocas a mi igual? ¿Qué parte de tu cuerpo te gusta menos que te toque? ¿Y la que más?, etc.

Cuando sus respuestas hacen referencia a unx adultx o unx niñx mayor que él/ella, o haya señales de coerción y/o de abuso de poder, es importante que hables con una persona experta para que pueda asesorarte y explorar más la situación.

También puedes aprovechar esta charla para explicarles a lxs niñxs que:

 Hay personas mayores que se acercan a lxs niñxs para hacerles cosas que a ellos no les gustan. Como tocarlos en sus partes íntimas o pedirles que los toquen a ellxs. ¡Eso no está bien! Y es importante que lo expliquen lo antes posible para poderles acompañar a solucionarlo.

“Lxs niñxs son niñxs”, es decir, que no son adultxs ni tienen las herramientas de las que nosotrxs podemos disponer debido a nuestro proceso madurativo. Durante la etapa infantil todavía no está desarrollada la membrana de protección para salir al mundo a valerse por sí mismxs. De esta manera, cabe pensar que no tienen la capacidad para distinguir lo que es sano de lo que no lo es en algunos ámbitos porque su concepción de la moralidad todavía está en sus etapas preliminares de desarrollo (especialmente cuando tratamos el tema del abuso y éste es perpetrado por un adultx de confianza). Esto es distinto de diferenciar lo que les gusta de lo que no. Clara, en el cuento, sabe que jugar con ese amigo de su familia no le gusta, pero no tiene la capacidad para comprender que ese comportamiento no es sano y la está dañando más allá de lo que ella puede imaginar. Cuando creamos un clima de confianza y complicidad con lxs niñxs, les dejamos ver que pueden hablar con nosotrxs, y así posibilitamos una abertura real para que puedan compartir, si así lo deciden, aquello que no les gusta. Llegado a este momento, seremos nosotrxs quienes podremos explicarles que aquello que no les gusta no tiene por qué gustarles, que no está bien hacerles este tipo de cosas a lxs niñxs y que no tienen por qué tolerarlo.

Ilustración del cuento “Clara y su sombra”.Ilustración del cuento “Clara y su sombra”.

Me ha parecido importante incluir aquí la lista de calificación de conductas sexuales[7] -según se consideran naturales o necesarias de intervención- dentro de cada fase del desarrollo. Esto puede proporcionar un indicativo para una pronta detección de posibles situaciones de abuso (tanto de recibirlo como de perpetrarlo).

Es importante matizar que las conductas sexuales normalizadas son susceptibles de variar dependiendo de los intereses y la idiosincrasia de cada niñx. De la misma manera, existen conductas que aquí se listan como problemáticas que, antes de categorizarlas como tal, sería importante estudiar bien el entorno de cada niñx para saber si lo son o no, como por ejemplo la problematización del coito poligámico en contrapartida de la normalización del coito monogámico estable. Cabe la posibilidad que los post-púberes que se relacionan desde este lugar hayan desarrollado un sentido crítico en referencia a los convencionalismos sociales en referencia a la pareja.

A continuación, la lista:

Prepúberes (0–12 años)

Conductas sexuales normales:

  • Conversaciones sobre   los   genitales   o   la   reproducción con niños de la misma edad.
  • “Enséñame y te enseño” con niños de la misma edad.
  • Jugar a médicos.
  • Masturbación ocasional sin penetración.
  • Comportamientos imitando la seducción.
  • Uso de tacos dentro de la pandilla o grupo de

Conductas que requieren una respuesta de los adultos:

  • Preocupación por los temas sexuales (especialmente por la agresividad sexual).
  • Intentos de exponer a otros los genitales (por ejemplo, bajarle los pantalones a un niño o levantarle la falda a una niña).
  • Conversaciones explícitamente sexuales con otros niños.
  • Grafitis sexuales.
  • Ridiculización sexual de otros niños.
  • Conocimiento sexual precoz.
  • Recurrir en  solitario  a  la  pornografía,  la  exhibición u otro tipo de intereses similares.
  • Preocupación por la masturbación.
  • Masturbación en pareja o en grupo.
  • Simulación de juegos sexuales con muñecas o

Conductas que requieren corrección:

  • Conversaciones explícitamente sexuales con niños de edad significativamente mayor.
  • Tocamiento de los genitales de otro sin su permiso.
  • Humillación o degradación de sí mismo o de otros por razones sexuales.
  • Inducción de miedo o de amenazas.
  • Proposiciones sexuales o amenazas incluso con notas escritas.
  • Repetido acceso a la pornografía, exhibicionismo o similares.
  • Masturbación compulsiva.
  • Masturbación que  conlleva  penetración  anal  o
  • Simulación de coito con muñecas, perros, animales o otros niños con ropa puesta.

Conductas  problemáticas  siempre  requiriendo  una  intervención profesional:

  • Penetración oral, vaginal o anal de muñecas, niños o animales.
  • Se fuerza la exposición de genitales de otros.
  • Simulación del coito con otros niños desnudos.
  • Cualquier herida genital que no se explique por una accidente casual.

 Pospúberes (13-18 años)

Conductas sexuales normales:

  • Conversaciones sexuales explícitas con compañeros.
  • Juegos o bromas con la pandilla o grupo de iguales.
  • Cortejo o flirteo sexual.
  • Masturbación en solitario.
  • Interés en contenidos eróticos.
  • Besos, abrazos o ir de la mano.
  • Comportamientos sexuales explícitos.
  • Masturbación mutua.
  • Coito monógamo estable o seriado.

Conductas que requieren una respuesta de los adultos:

  • Ansiedad o preocupaciones sexuales que interfieren en el comportamiento diario.
  • Interés por la pornografía.
  • Coitos poligámicos o promiscuidad.
  • Interés por  temas  o  personas  agresivamente
  • Grafitis sexuales.
  • Humillación de otros por motivos sexuales.
  • Violación del espacio corporal de otro, empujando, tocando.
  • Episodios sueltos de tocamientos, exhibicionismo con compañeros conocidos.
  • Posturas obscenas.

Conductas que requieren corrección:

  • Masturbación compulsiva,  especialmente  si  es  crónica o en público.
  • Degradación o humillación de sí mismo o de otros por razones sexuales.
  • Intento de exposición de los genitales de otro.
  • Interés crónico por la pornografía sádica.
  • Conversaciones sexualmente explícitas con niños mucho más pequeños.
  • Tocamiento de los genitales de otro sin su permiso.
  • Amenazas explícitamente  sexuales,  verbales  o

Conductas ilegales definidas por la ley que requieren intervención inmediata:

  • Llamadas obscenas,  voyerismo,  exhibicionismo, frotamientos.
  • Contactos sexuales con niños significativamente más pequeños.
  • Contactos sexual forzados.
  • Penetraciones sexuales forzadas, violación.
  • Contactos sexuales con animales.
  • Provocación de heridas genitales a otros.

En base a esta enumeración de conductas sexuales podemos hacernos una idea de qué tipo de niñx estamos acompañando. Reiterar que la observación activa -para poder detectar comportamientos, reacciones e interacciones que no sean necesidades auténticas- puede favorecer una detección temprana de algo que no está funcionando bien, o algún aspecto no nombrado de su historia vital. Es probable que unx niñx o adolescente que manifiesta conductas dañinas en relación a su sexualidad carezca de una sana construcción de este ámbito de su Vida des de la etapa genital. Es por esto que estar atentxs a los comportamientos de lxs niñxs puede aportarnos mucha información sobre su programación interna. El acompañamiento que podemos dar des de la familia, escuela o profesionales de la salud es determinante para sostener y transformar aquello que les costó vivir e integrar. La educación, acompañamiento y crianza centradas en el amor y el respeto son las únicas herramientas eficaces para sanar las heridas de Vida y facilitar una comunión de lxs niñxs y jóvenes con su parte sana y bondadosa.

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[1] Para más información sobre este tema os remito al libro “Dibujando el género” de Gerard Coll-Planas.

[2] La lista anterior es muy genérica e intenta abarcar lo que la mayoría de lxs niñxs de esas edades experimenta. De todas maneras, es importante comprender que cada niñx tiene su tempo de desarrollo e intereses propios. Por lo que se refiere al descubrimiento del género es todo un tanto más complejo que esto, puesto que lxs adultxs tenemos mucho que ver con la adquisición de sus valores. Desconozco si esta lista se ha elaborado teniendo en cuenta todxs aquellxs niñxs que nacen con genitales no definidos XX o XY, o aquellxs que sienten su género no se identifica con el que la sociedad otorga a sus genitales.

[3] Manual del abuso sexual. Save the Children.

[4] Groddeck y Merelo-Barberá.

[5] Para profundizar en los deseos maternales ligados a la crianza, remito al libro “La represión del deseo materno” de Caslida Rodrigáñez y Ana Cachafeiro.

[6] “Clara y su sombra” es un cuento escrito por Elisenda Pascual Martí que aborda, de una manera clara y muy simbólica, el tema de los abusos sexuales infantiles para trabajar la prevención y una posible detección precoz. Lo publica la editorial Uranito y puedes encontrarlo en tu librería habitual.

[7] Artículo de G. Ryan.