La ciclicidad en la cotidianidad familiar
La Madre Naturaleza
tiene cuatro hijos ufanos.
Son el otoño, el invierno
la primavera y el verano.
En otoño caen las hojas,
maduran frutos del estío.
En invierno cae la nieve.
Es tiempo de lluvia y frío.
La primavera renace,
llega el tiempo de las flores
y el verano nos inunda
el mundo de mil colores.
La Madre Naturaleza
reina sabia por doquier.
Sus hijos con gran esmero
el mundo hacen renacer.
“Primeras Narraciones”, Cuentos recogidos por las escuelas Waldorf // Extraído del material de “Criança Cíclica Otoño” creado por Laia Oraà de Casa de Luna.
Estimadas familias, profesionales y cuidadoras de la infancia. Este mes abordaremos el tema de la ciclicidad, como hacerla presente (de manera consciente) en la cotidianidad y las festividades que en la actualidad todavía nos conectan con tradiciones precristianas.
Cómo diríais que es vuestro día a día: ¿lineal o cíclico?
La vida se presenta cíclica, hasta allá donde somos capaces de observar. La cultura actual de nuestro entorno inmediato, tan focalizada en las tareas productivas de la población en edad trabajadora, insiste en un modelo lineal del día a día, y como mucho, cíclico en cuando a las necesidades de la empresa/institución pertinente.
Las mujeres que nos encontramos en la etapa fértil, mes a mes, nos vivimos cíclicas. Cuando somos madres, incluso antes de sentir que hemos salido del puerperio emocional, maternamos siendo cada día diferentes - a nivel de hormonas sexuales - y, en muchas ocasiones, nos y se nos exige que podamos ofrecer el mismo, desde el mismo lugar, en la misma medida y de la manera más excelente posible. Transformar esta exigencia “de vida lineal”, pasa tanto por la acción individual (escuchar el mapa que me va marcando mi propia ciclicidad, en primera persona), como por la acción social y política (medidas múltiples que no son objeto de este artículo).
¿Y qué repercusión tiene esta ciclicidad femenina en la vida familiar y en la crianza?
Pienso que más de una entenderá que esta es una pregunta retórica, por el evidente que puede ser la respuesta cuando se ha vivido desde el cuerpo. Este cuerpo maternante narra una o múltiples historias. Cuando entra en el ciclo ovulatorio-menstrual vive periodos de apertura, de recogimiento y de transición entre estas dos fases; periodos donde las cualidades creativas y abstractas (predominancia de hemisferio derecho y aumento progesterona) son más predominantes que las cualidades analíticas y técnicas (predominancia de hemisferio izquierdo y aumento de estrógenos), y viceversa; periodos con niveles de energía diferentes (igual que pasa en el ciclo de un año); en disponibilidades y/o sensibilidades emocionales variadas donde el foco puede estar más adentro o más afuera; entre otros.
Entonces, con toda esta variabilidad continuar con la crianza respetuosa de manual quizás más frustrante, culpabilizando y contraproducente que gozoso, enriquecedor y respetuoso. Porque iremos a la búsqueda de respuestas lineales a una situación que es cíclica. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de aprendernos y compartirnos desde el lugar más auténtico que somos en cada momento de nuestro ciclo. Así, dejando que la ciclicidad fluya en la vida familiar, en primer lugar, desde el reconocimiento y respecto al propio cuerpo femenino.
¿De qué otras maneras podemos hacer presente la ciclicidad en la cotidianidad?
Sintetizando para la vida veloz en la que nos encontramos sumergidas:
• Ciclo circadiano (actividad durante el día- momentos transición- descanso durante la noche -momento de transición, y continúa el ciclo): el día y la noche
• Ciclo de actividad-descanso (dentro de un mismo día sin contar la noche)
• Estaciones del año (vuelta de la Tierra alrededor del Sol)
• Ciclo de la Luna (Nueva, Creciente, Llena, Menguante)
• Ciclo del agua
• Ciclo vital de las plantas y/o animales
• Ciclo de vida-muerte-vida
• Ciclos biológicos humanos, por ejemplo, el ciclo reproductivo (corto o largo): concepción – gestación – parto – puerperio y amamantamiento – crianza
• El ciclo del reciclaje (y el porqué del reducir y reutilizar antes del reciclar)
• Cumpleaños (en especial lo del nacimiento de la criatura en cuestión)
• Consumiendo alimentos de temporada, vinculándolos a la estación en que están disponibles y a las festividades que acompañan
• Conocer las festividades y su conexión en el trabajo de la tierra
También podemos compartir con nuestras criaturas lecturas como “Infinito: los ciclos mágicos del universo”, “El señor muerto dentro de una avellana” y “Eres polvo de estrellas”.
Como adultas, podemos acceder a libros como “La Rueda de Izpania” de *Marianna García Legar o, especialmente, al material de “Crianza Cíclica” elaborado por Laia Oraà de Casa de Luna.
Sintetizando conocimientos como los que comparte Marianna, Laia ha documentado muchas de las festividades presentes en las tradiciones que se regían por los tiempos que narraban Sol con el movimiento de la Tierra a su alrededor, y la Luna, con su movimiento alrededor de la Tierra. En sus materiales encontraréis propuestas para los niños relacionadas con cada festividad, creadas desde la pedagogía *Waldorf.
¿Qué me puede aportar Acompañamiento Familiar respeto la ciclicidad en la cotidianidad familiar?
Pues, si sientes que ha llegado el momento de reconocer, profundizar e integrar cómo funciona la ciclicidad en ti misma (o en tu pareja) y como ir ajustándola de manera suficientemente buena y coherente con las necesidades de todas las integrantes de la familia, las profesionales de Acompañamiento Familiar estaremos encantadas de recorrer este camino a tu lado.
De equinocio a equinocio, recibid un cálido abrazo.
Judit Labernia Reverter
Psicóloga. Psicoterapeuta. Formadora. Madre.
judit.labernia@acompanyamentfamilar.com
https://acompanyamentfamiliar.com/es/equipo/judit-labernia-reverter