11 de noviembre de 2021

LLANTO Y ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL


A lo largo de los siglos ha habido un gran malentendido sobre el sentido y la finalidad del llanto y de las rabietas. 


Durante la Edad Media, en Europa se pensaba que los bebés que lloraban demasiado estaban poseídos por el demonio. El remedio consistía en llamar a un sacerdote para que le exorcizara. 


Al s. XVIII se seguía pensando que los llantos eran malos, pero se pasó a culpar a los mapadres de ser demasiado indulgentes y de haber “malcriado” a sus criaturas. Las recomendaciones eran que castigaran o ignorasen los arrebatos.


Hoy en día se sigue acusando a los bebés de “manipular” a los mapadres mediante el llanto. Algunos doctorxs y psicólogxs hoy en día aconsejan que se ignore a la criatura para que ésta aprenda a tranquilizarse por sí misma. Qué locura. 


¿Cómo te sientes cuando tu criatura llora cuando estás con más gente? ¿Alguien te ha hecho algún comentario sobre el llanto o la falta de llanto de tu criatura? (“¡Qué niña más buena!,“¡Menudo llorón está hecho!,“Pero fíjate qué bien se porta”, “Tiene carácter la niña”...) ¿Cómo te sentiste?


En el otro extremo encontramos el movimiento que recomienda responder a cada lágrima del bebé dando de mamar o evitando el llanto. Y a pesar de lo cariñoso y acogedor que representa este acompañamiento se sigue sin reconocer la importante función del llanto porque no todos los llantos son indicativos de una necesidad o deseo inmediatos. 


El llanto puede ser acompañado con presencia, mimos, contacto físico, palabras suaves y amorosas. Incluso con canciones dulces mientras se mece a la criatura cuando ésta es un bebé. Pero querer evitar a toda costa su expresión es privarles de su mecanismo antiestrés por excelencia.  


El llanto es un mecanismo sano de liberación del estrés de las experiencias que les han causado miedo o frustración.


A menudo las personas adultas intentamos reprimir el llanto de las criaturas por desconocimiento y porque nos hace revivir nuestro propio estrés no resuelto y nuestra necesidad de llorar. La represión del llanto ha pasado de generación en generación durante siglos. 


Recuerda un momento en tu vida en el que lloraste y te sentiste realmente acompañada por la persona que tenías al lado. Intenta recordar un ejemplo concreto. ¿Qué es lo que te hizo sentir más cómoda?


Todas las criaturas viven alguna situación de estrés, independientemente de lo cariñosos que sean los mapadres. Y la necesidad de canalizar este estrés es el motivo que las lleva a hacer uso del llanto. Los llantos son importantes mecanismos de liberación de estrés, y son eficaces desde el nacimiento. Cuando una criatura experimenta cualquier tipo de dolor emocional o físico, la respuesta natural es la de llorar.  


Lamentablemente en respuesta a un entorno en el que no se acepta el llanto, las criaturas adquieren algunos patrones de comportamiento rígidos para evitar llorar. Por suerte, las criaturas saben perfectamente cómo superar el estrés utilizando algunos mecanismos liberadores.


Existen 3 formas primarias que las criaturas utilizan para enfrentarse al estrés, además del llanto:


La RISA, el HABLAR de los sucesos que les han contrariado y el JUEGO SIMBÓLICO. 


También existen otras vías para liberar el estrés, incluyendo bostezar, temblar y sudar. Se trata de mecanismos liberadores de estrés silenciosos y menos obvios, pero tan importantes como puedan serlo los anteriores mencionados. 


“Lo que el jabón es para el cuerpo, son las lágrimas para el alma”

(Proverbio Judío)


Entender la importancia del llanto y, a la vez, hacer una mirada interna y revisar qué patrones se nos activan ante el llanto de nuestras criaturas nos permitirá responder con consciencia y sostén ante este momento tan y tan relevante. 


Elisenda Roig Solé

Licenciada en Psicología, especializada en Psicología Sistémica. Formada en Pedagogía Sistémica. Postgrado en Constelaciones Familiares y Organizacionales. Pratitioner en Programación Neurolingüística. Psicoterapeuta y docente.