Què faries si et digués que tinc “La Receta” perquè els teus fills s’autoregulin amb les pantalles?
No t’ho creuries, oi?
Yo creo que cada familia es única, y que no se trata de recetas o fórmulas. Que sí, ayudan, y mucho. Pero si no van acompañadas de una mirada sincera y amorosa hacia a la autobiografía, creencias, dinámicas familiares o el contexto social i histórico es difícil aplicarlas.
Qué tal si te digo: elabora tu propia manera.
Atén el moment evolutiu de les teves criatures. Comença a donar espai i validar allò que tu creus, deixa’t acompanyar en els processos difícils, escolta les aportacions que vulguis, i després, llegeix les indicacions del teu sentit comú, de la teva pròpia experiència i de la vostra trajectòria com a família.
I encara més: trobeu espais per seure i parlar les adultes. Compartiu les vostres pors, inquietuds, el que creieu que és millor per a vosaltres i la vostra família. Travesseu juntes les resistències a trobar-vos amb els ulls reposats. I respireu. Perquè potser un canvi en lús de pantalles a casa, es tradueix en canvis més profunds.
Et proposo començar per una mirada honesta amb tu:
1. ¿Qué relación mantienes con las pantallas? Te invito a poner compasión y acoger lo que surja. El cambio que hemos vivido en pocos años es significativo. ¿Cómo lo llevas?
2. ¿Como vives poner límites? ¿Puedes respetar lo que sientes y lo que sienten las personas que los reciben? A menudo, por como los hemos recibido, se convierten en una asignatura muy complicada.
3. ¿Cómo estáis en casa? Si nos desvinculamos de las emociones y necesidades propias y familiares las dinámicas que acontecen no nos satisfacen.
4. ¿Habéis hablado y consensuado de qué queréis y que no queréis? ¿Cuál es la línea infranqueable para ti? ¿Qué acuerdos queréis hacer?
Creo que estos puntos te pueden facilitar las decisiones. Mirarte, acogerte y compartir.
Y ahora me gustaría recordarte la relación entre emociones y pensamientos y el efecto que tienen en nuestro organismo. ¿Sabes que delante de una alerta sea real o imaginaria se activa el hipotálamo y el cerebro busca mecanismos de supervivencia activando las hormonas de la adrenalina y el cortisol?
¿Y que, si estas están activadas, nuestro organismo desactiva muchas funciones vitales y las hormonas de la felicidad quedan a la espera? Imagina qué pasaría si hubiera estrés en tu vida y muy a menudo estuvieras en este estado de alerta. Y ahora imagina el caso contrario, que empiezas a poner el freno, que el sistema nervioso parasimpático puede ejecutar sus funciones para relajarte y que puedes ir encontrando el estado de homeostasis en el cuerpo.
¿Crees que esto puede tener que ver con el uso y relación con las pantallas?
La bona notícia és que pots influir en el sistema nerviós per crear condicions més favorables. I així, abonar el terreny per establir una relació més saludable amb les TIC.
Y si te apetece, te quiero presentar al cuarteto de la felicidad. Que me parece una muy buena guía para este cambio más cualitativo.
Se trata de cuatro hormonas: la dopamina, la oxitocina, las endorfinas y la serotonina.
La dopamina es la más involucrada en las conductas adictivas. Recibes una descarga cada vez que ves una novedad (vídeo) o anticipas que puede haber una (notificación). Así se va creando la “necesidad” de encontrar más novedad. Es una hormona excitante. Si está activada continuamente no hay espacio para la serotonina. Cuando hay bajos niveles de serotonina puede haber depresión. La serotonina nos relaja y crece cuando compartimos el bienestar. Está relacionada también con la digestión, temperatura corporal y la regulación del sueño y la vigilia. La oxitocina tiene que ver con los vínculos relacionales y afectivos. Cuando te encuentras con personas que quieres, con quien te sientes a gusto, aumenta. Y las endorfinas nos ayudan a salir de las crisis con más suavidad. Promueven la calma, mejoran el humor, retardan el envejecimiento y potencian las funciones del sistema inmunitario.
¿Te parece que hay relación? ¿Quieres una lluvia de propuestas?
Crea rituales nutritivos y gustosos per cuando os levantéis y vayáis a dormir que involucren los 5 sentidos. Dosifica las notícias. Observa si respiras con el pecho o haces respiración completa. Párate si te das cuenta que llevas mucho rato en la queja y el desgaste y dale espacio al autocuído y al placer. Si notas malestar observa si te estás juzgando y revisa qué necesidades quieres cubrir. Potencia y participa de las actividades que les encanta hacer sin pantallas. Acuerda un horario en el que aparezca tiempo para pantallas, disfrute, deberes y otros (de manera que decidáis vosotrxs). Dad prioridad a pasar tiempo en contacto con la naturaleza. Acompaña para que su habitación sea su templo. Agradece y celebra a menudo. Medita. Recuerda momentos felices. Hola masajes. Momentos en bici. Ejercicio moderado. Construye relaciones de confianza, seguridad y calma. Abrazos largos. Dar y recibir. Experiencias en grupo. Ríe, canta y baila (¡puedes hacerlo del comedor a la cocina!). Para las actividades pera estirar o bailar cada poco.
Y ahora una lluvia de rutinas prácticas:
Acuerda espacios libres de pantallas. Dormitorio templo (tener despertador). Hacer dieta digital. Aparta la mirada de la pantalla cada pocos min. Descansa nocturno, tiempo en familia. Potencia y prioriza: juegos de mesa, tiempo de naturaleza, tiempos de amiguis. Sustituye las TIC en tiempos de espera. Apaga el móvil y pon modo avión. Socializa lo necesario durante el día (evita vamping). Apaga notificaciones. Comidas presentes. Elimina apps (entra por el navegador). Higiene corporal. TIC en espacios comunes. Fomenta el pensamiento crítico. Fija horarios y límites. Cuida la privacidad . Acompaña la frustración y el consumo responsable. Realiza actividades de ocio gratificantes. Encuentra nuevas/antiguas formas de comunicación. Si un día te pasas, descansa otros. Acompaña para relativizar tanta información. Promueve el cara a cara. Haz previsión, planes. Espacios de silencio a casa.
Te invito a potenciar lo que le da sentido a tu vida para reducir el uso de sucedáneos, en forma de pantallas o alcohol. Y, consecuentemente, favorecer la presencia de las hormonas de la felicidad. En fin, priorizar bienestar y felicidad a las descargas de placer momentáneas.
Elisabet Rodríguez Piñero. Terapeuta del Equipo de Acompanyament Familiar.